
Por primera vez en su historia, Boca Juniors obtuvo el pasaje al Torneo Sudamericano de Clubes tanto en la rama masculina como en la femenina; Romina Cossar y Miguel Garcia, capitanes de sus equipos, accedieron a una sesión fotográfica antes de viajar a Brasil.
Las chicas consiguieron su pasaporte tras obtener la liga argentina en el 2013 y los hombres se quedaron con el clasificatorio presudamericano para obtener su plaza. El éxito no es casualidad, hay varios fundamentos que hacen que este deporte crezca cada vez mas dentro de la Institución y obtenga logros cada vez en forma mas frecuente.
No deja de sorprender que un club netamente “futbolero” como lo es Boca, pueda obtener una importante cantidad de logros a nivel metropolitano y nacional en el voleibol, sin embargo para los que conocen los pasillos del club y pueden ver diariamente la seriedad con la que se trabaja, entienden que no es casualidad y que el esfuerzo y la constancia son determinantes para crecer cada día en cuanto a resultados y a la consideración general.
Cuando se habla de esfuerzo, el mismo no solo se da dentro de una cancha, sino también fuera de la misma, con un grupo de gente que trabaja para que los protagonistas solo piensen en entrenar y jugar, resolviendo distintas cuestiones cada cual en su lugar y cumpliendo con el rol que se le asigne, a partir de allí comienza un proyecto que ya lleva varios años y que cuenta con el apoyo dirigencial necesario para poder llevarlo a cabo.
En tanto la constancia parte de la idea de mantener un cuerpo técnico con gente del club, que conoce la magnitud de una institución popular como lo es Boca y tanto Marcelo Gigante como Eduardo Allona junto a sus grupos de colaboradores intentan inculcar en sus dirigidos la importancia de representar una camiseta con mucha historia.
El caso de las mujeres es admirable; Durante el año 2013 disputaron 3 torneos, Apertura, Metropolitano y Liga Nacional, donde no solo se obtuvo la triple corona, sino que también se alzó con un increíble record de 43 partidos ganados y uno solo perdido.
Las temporadas pasan y los nombres van cambiando, pero siempre con la idea de apostar a jugadoras surgidas de divisiones inferiores y de mantener los planteles por tiempos prolongados, hay protagonistas como las hermanas Romina y Mariángeles Cossar o Clarisa Sagardía que hace varios años juegan en el club y han demostrado un notorio crecimiento y en cuanto a jugadoras que llegan de otros clubes, como ser los casos de Natalia Espinoza, Tatiana Rizzo o Natalia Aispurua, lo hacen luego de un exhaustivo seguimiento por parte del cuerpo técnico y para reemplazar a otras jugadoras que emigran al exterior.
El nivel de las chicas se viene dando desde hace unos años, con números y estadísticas asombrosas, con un trabajo serio y ordenado y con objetivos cada vez mas altos en el plano local y ahora también en el internacional, según se desprende de las palabras de su entrenador Eduardo Allona: “El desafío supera los de la Liga Nacional y el Metropolitano. Vamos a tratar de conseguir una medalla. Si es la de oro, mejor. Pero ojalá podamos estar entre los cuatro primeros”.